Cuando acaba el verano y dejamos de ir a la playa o a la piscina, y por tanto de exponernos al sol directamente, es momento de prestar especial atención a nuestra piel y ofrecerle la mejor hidratación. Por su composición excepcional y sus propiedades como eficaz regenerador de la piel, el Aceite de Rosa Mosqueta se ha convertido en nuestro mejor aliado.
Conocida por muchos como la "semilla de la eterna juventud", el Aceite de Rosa Mosqueta es un aceite vegetal utilizado desde tiempos ancestrales para el cuidado de la piel, que se extrae directamente de las semillas de la Rosa Rubiginosa, un arbusto de la familia de las rosas cuya composición contiene mayoritariamente (entre 70% y 80%) numerosos ácidos esenciales, como el omega3, omega6 y ácido linoleico, además de vitaminas A, C o E y antioxidantes naturales como el retinol, que convierten este aceite en un producto perfecto para el cuidado de la piel.
La Rosa Mosqueta de la que se extrae el Aceite de Rosa Mosqueta crece de manera silvestre en las estribaciones de la región sur de la Cordillera de los Andes, en Chile y Argentina. Puede sobrepasar los dos metros de altura y posee tallos delgados, flexibles y curvos que están cubiertos de espinas de color violáceo.
La planta desarrolla unos frutos rojizos de forma ovalada llamados aquenios; unos frutos muy carnosos de hasta dos centímetros que están repletos de semillas y están coronados de cortaduras.
Los aquenios son muy ricos en ácido ascórbico, vitamina A, riboflavina, ácido nicotínico, málico y cítrico, azucares, etc. En su interior encontramos sus semillas (entre 15 y 20), de las que se extrae un aceite de color amarillo con tonos rojizos: el Aceite de Rosa Mosqueta.
Siendo capaz de penetrar a capas más profundas de la piel, el Aceite Puro de Rosa Mosqueta provoca la activación de las células para estimular la producción de colágeno y elastina, responsables de la firmeza y elasticidad de la dermis.
Está especialmente indicado para la regeneración de tejidos dañados, el atraso en la aparición de marcas de envejecimiento prematuras, prevención de la formación de arrugas, el tratamiento de la piel afectada por quemaduras o exposición a radioterapia.
Si sumamos la capacidad de reparación y de restauración de la vitalidad de la piel, encontraremos que este aceite es capaz de eliminar marcas cutáneas, tales como cicatrices o estrías y devolver a la piel a su estado normal tras una agresión.
Si usamos el Aceite de Rosa Mosqueta de forma habitual, ayudaremos a la prevención de algunos trastornos cutáneos, además de que luciremos una piel joven y radiante gracias a la concentración de antioxidantes naturales que combaten los radicales libres, ayudando a retrasar los signos visibles del envejecimiento.