Transporte Sostenible. ¿Cómo afecta la logística a nuestros envíos?
El pasado 26 de noviembre se celebró el Día Mundial del Transporte Sostenible, una fecha que nos recuerda hasta qué punto la logística forma parte esencial de nuestro día a día.
Cada producto que utilizamos, desde una botella reutilizable hasta un pequeño paquete, ha recorrido un camino que influye en el planeta, en la economía y en nuestra vida cotidiana.
El transporte marítimo: el corazón del comercio global.
Más del 80 % de las mercancías del mundo viajan por mar. Por eso, cualquier alteración en las rutas tiene un impacto enorme.
Actualmente, el bloqueo parcial del Canal de Suez está provocando retrasos, incrementos de costes y desvíos que obligan a rodear África, añadiendo miles de kilómetros adicionales y un consumo de combustible muy superior.
Aun así, el transporte marítimo sigue siendo la opción más eficiente para mover mercancía a gran escala, y el sector continúa avanzando con mejoras como el uso de GNL como combustible, sistemas de eficiencia energética y velas modernas asistidas para reducir emisiones.
Estos efectos no solo repercuten en grandes empresas: también afectan a los tiempos de reposición, los precios y la planificación de cualquier negocio que importa productos, incluso a nivel local.
La última milla: donde más emisiones se generan.
En el tramo final —el reparto urbano— se concentra el mayor impacto ambiental del transporte.
La demanda creciente de entregas urgentes y personalizadas ha incrementado notablemente el número de vehículos en circulación.
Cada entrega fallida, cada devolución y cada recogida adicional multiplican las emisiones y el consumo energético. Transformar este modelo es uno de los grandes retos hacia un sistema logístico realmente sostenible.
Aquí queremos añadir también una parte muy importante: el factor humano.
Ponernos en la piel de quienes realizan las entregas, ser amables, facilitar el acceso y comprender sus limitaciones contribuye a que todo el proceso sea más eficiente.
Los repartidores y transportistas desempeñaron un papel clave durante el confinamiento, asegurando que los suministros siguieran llegando, y hoy siguen siendo fundamentales para que todo funcione.
Logística inversa: un desafío creciente.
Las devoluciones forman ya parte estructural del comercio online, pero su impacto ambiental es considerable:
  • Más desplazamientos
  • Más manipulación
  • Más consumo energético
  • Más residuos cuando los productos no pueden reincorporarse a la cadena
Reducirlas es esencial para avanzar hacia un modelo verdaderamente sostenible.
Puntos de recogida: una solución con menor impacto.
Una de las medidas más efectivas para disminuir emisiones es fomentar las entregas en puntos de recogida o lockers.
Un solo reparto a un punto fijo sustituye decenas de entregas individuales, reduce el tráfico urbano y disminuye notablemente la huella de carbono.
Además, ofrecen mayor flexibilidad para recoger los pedidos cuando mejor convenga.
Nuestro compromiso.
Creemos que el transporte sostenible no es una tendencia, sino una responsabilidad compartida.
Por eso:
  • Optamos por optimizar embalajes y reducir volumen.
  • Utilizamos materiales más sostenibles o reutilizados, aunque su estética no siempre sea perfecta, priorizando la funcionalidad y el menor impacto.
  • Priorizamos proveedores logísticos con políticas medioambientales reales.
  • Fomentamos las entregas en puntos de recogida.
  • Trabajamos para minimizar las devoluciones mediante descripciones claras y productos de calidad.
  • Innovamos en nuestro almacén y procesos de preparación de pedidos para reducir errores al mínimo.
Cada pequeño cambio suma para construir un flujo logístico más eficiente, responsable y respetuoso con el planeta.
Gracias por acompañarnos en este camino.
El equipo de IRISANA
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